Aunque la carta náutica de papel sigue siendo el centro del estudio de las titulaciones náuticas, el avance progresivo de los instrumentos modernos de navegación las está poco a poco desplazando, dejando en su lugar las cartas electrónicas que permiten obtener una mayor cantidad de información en un espacio más reducido.
Para los buques mercantes y de pasaje llevar las cartas de toda las zonas donde navega implica tener un cuarto específico para ellas llamado cuarto de derrota. Dentro de los cajones las cartas deben estar siempre actualizadas mediante los avisos a los navegantes, por ello es necesario tener un oficial que se encargue de ello para que estén siempre a punto de utilizarse.
Para la náutica de recreo es posible llevar las cartas plegables que ocuparían menos espacio (y que son mucho más baratas).
Para posicionarnos en la carta tenemos múltiples opciones mediante el GPS, enfilaciones, puntos de referencia en tierra o mediante un cálculo astronómico. Pero todas las opciones llevarían un tiempo determinado. Hasta la posición mediante oposición entre dos boyas entrando en un río tardaría un tiempo que el marino necesitaría para otros menesteres (incluidos el mirar hacia proa u ocuparse del timón).
La gran ventaja de la cartografía electrónica es que tendremos en todo momento la posición de nuestro barco y de los barcos de alrededor en la misma carta sin necesidad de tocar ningún botón. Podremos visualizar rápidamente toda aquella información necesaria para la seguridad del viaje en cada instante de la ruta.
Esa sería la gran ventaja, la seguridad de tener información actualizada al momento. La gran desventaja es que el usuario de las cartas electrónicas puede llegar a centrarse únicamente en ver la representación del barco desplazándose por la pantalla. Puede dejar de prestar atención a las luces de los otros barcos y a las marcas de navegación y centrarse en la información que aparece en pantalla. Al igual que hace años ocurría con el RADAR, donde los oficiales nóveles centraban su atención en los ploteos del ARPA en lugar de mirar las luces de los barcos que quizá les podrían cruzar la proa.
Actualmente nos podemos encontrar con dos tipos de cartas electrónicas: Vectorizadas y Rasterizadas.
Las cartas rasterizadas son más baratas de fabricar, se trata de una copia electrónica de la carta de papel. No se agrega ni se quita información. El mayor inconveniente es que sólo se pueden utilizar en la misma escala que la carta original. Al acercarse, la información en pantalla se vuelve más grande sin entregarnos mayor información. Al igual que las vectorizadas necesitarán una pantalla para poder visualizarse y el espacio que ocupan estas cartas rasterizas será mucho mayor que las vectorizadas.
Las cartas vectorizadas permiten tener una mayor información de la carta almacenada en distintas capas. Mientras vamos acercando la carta nos vamos encontrando con capas que nos revelan muchos más detalles. Los textos y números en pantalla también cambiarán la orientación al cambiar de orientación el barco. En este tipo de cartas podemos incluir capas de los partes meteorológicos, información de corrientes o cualquier cosa que necesitemos para nuestra ruta.
Depende de cada usuario elegir el medio que prefiera para poder navegar con seguridad. Nosotros tenemos nuestras preferencias y en la Escuela os enseñamos todos los usos de las cartas, sus ventajas y sus inconvenientes para que podáis navegar tranquilos.